martes, 10 de abril de 2007

Historicismo y Realidad Histórica

DEFINICIÓN DE LOS CONCEPTOS “HISTORICISMO Y REALIDAD HISTÓRICA”

Para la definición que yo entiendo de “historicismo y realidad histórica”, tengo que hacer una escala a un grupo de autores, de los cuales escojo sus definiciones por ser para mí una base, de la cual partirán mis propias definiciones. Comenzaré mostrando las distintas concepciones de historicismo. Del mismo significado de historicismo encuentro nuevas acepciones, por lo cual es pertinente darles mención.

Historicismo:

Manuel Cruz. El historicismo. Ciencia social y filosofía[1]:
Conocemos el origen del término: “historismus” fue utilizado por vez primera en 1879 por K. Werner en una investigación sobre Vico. En aquel contexto “historicismo” designaba un conjunto de corrientes de la más diversa índole que coincidían en subrayar el papel desempeñado por el carácter histórico del hombre. Más tarde el término se generalizaría a los filósofos sociales e historiadores que insistían en la irrepetibilidad e irrecursividad de los fenómenos humanos o en su simple especificidad frente a los hechos naturales.

Distintos significados de Historicismo:
Historicismo: vendría a ser una determinada praxis de la ciencia, es decir un complejo de convenciones y normas de acuerdo con las cuales se lleva a cabo el tratamiento científico de la historia.
Designaría una forma de pensamiento, opuesto al pensamiento sistemático, que sostiene un total relativismo histórico en el ámbito del conocimiento y la moral.
Caracterizaría el proceso de la historización fundamental de todo nuestro pensamiento acerca del hombre, su cultura y sus valores, es decir, equivaldría a la capacidad para comprender la dimensión histórica de los fenómenos (pensamiento histórico).[2]

Walter Brugger, s.i. Diccionario de filosofía[3]:

La historicidad impregna todo lo que el hombre es y hace, concretamente, sus hallazgos de la verdad, sus tendencias morales y sus creaciones culturales. A menudo es victima de la relativización, que en modo alguno constituye la esencia de la historicidad, lo que conviene subrayar en contra de ciertas opiniones. Sobre todo, la historicidad no se opone a la realidad de una esencia en el hombre, que precisamente se afirma y mantiene en el cambio. Al contrario, es preciso que se mantenga ese resto medular que hemos descrito por medio del retorno completo, por que la misma historicidad, privada de esta razón de su posibilidad, desaparecería también. Además de esto, la esencia es de tal índole, que lejos de repugnar al cambio histórico, le da su fundamento. Y en cuanto el cambio saca a la luz varias facetas permanentes del hombre, es posible hablar de varias configuraciones históricas, en las que se explana la misma esencia, única e invariable. Por lo que hace a la verdad y a los valores morales, éstos mantienen su validez, al menos en su contenido medular, a lo largo de todos los tiempos y espacios. Y, sin embargo, la riqueza del hombre en verdad, crece y aumenta a lo largo de la historia, e incluso las verdades adquiridas ya se comprenden más plenamente y se enfocan a nueva luz. Los valores morales se concretan, por su parte, en forma siempre cambiante según van cambiando las situaciones históricas; y en este proceso concuerdan las variaciones legitimas con el contenido medular, mientras que las ilegitimas se oponen a él.


Waismann. El historicismo contemporáneo...[4]:
… el historicismo que es una afirmación universal sobre la contextura de la realidad.

Ciertamente, hay diversas acepciones del concepto historicismo, como lo había del positivismo u otras corrientes. Sin embargo, “la idea central que subyace en todas ellas es la noción de que el mundo de los hombres está lleno de significados y de valores que pueden ser únicamente aprehendidos en un contexto histórico. “[5]


Ahora, toca el turno a la definición de “realidad histórica”. Definición que no es del toda ajena a la que di en los parágrafos anteriores. Un solo autor e escogido para la definición de realidad histórica, pues en lo particular lo encuentro muy adecuado y manejable.

Realidad histórica:

Ignacio Ellacuría. Filosofía de la realidad histórica[6]:
Por “realidad histórica” no se entiende lo que pasa en la historia ni siquiera la serie ordenada y explicada del discurrir histórico. Por consiguiente, no se dice que la filosofía haya de ser lo que ha sólido entenderse por filosofía de la historia. Precisamente para evitar este equivoco no se habla de historia, sino de realidad histórica.

En efecto, la realidad histórica, ante todo, engloba todo otro tipo de realidad: no hay realidad histórica sin realidad puramente material, sin realidad biológica, sin realidad personal y sin realidad social; en segundo lugar, toda forma de realidad donde da más de sí y donde recibe su para qué fáctico –no necesariamente finalistico- es en la realidad histórica; en tercer lugar, esa forma de realidad que es la realidad histórica es donde la realidad es más y donde es más suya, donde también es más abierta.

Por eso se habla estrictamente de “realidad histórica”. Con ello no se elude lo que pasa en la historia y, menos aún, se elude la consideración de qué es lo que pasa últimamente en la historia después que van pasando en ella tantas cosas. Pero la metafísica atiende, si se quiere hablar así, a la historia de la realidad, a lo que le pasa a la realidad misma cuando entra con el hombre y la sociedad a eso que llamamos historia. Y esto, tanto en el salto cualitativo de la evolución natural al proceso histórico como en el desarrollo creador, ya dentro de la historia, de nuevos modos de la realidad histórica. Es decir, atiende a la realidad histórica en tanto que realidad, aunque sabiendo que no se puede hablar de realidad al margen de las cosas reales.

Así, por “realidad histórica” se entiende la totalidad de la realidad tal como se da unitariamente en su forma cualitativa más alta y esa forma especifica de realidad es la historia, donde se nos da no sólo la forma más alta de realidad, sino el campo abierto de las máximas posibilidades de lo real. No la historia simplemente, sino la realidad histórica, lo cual significa que se toma lo histórico como ámbito de lo histórico más que como contenidos históricos y que en ese ámbito la pregunta es por su realidad, por lo que la realidad da de sí y se muestra en él.


Mi definición de Historicismo y Realidad histórica.

Lo que entiendo por historicismo es una forma de reducción, consistiendo en ver la realidad de los hombres a través de sus circunstancias, diciendo así, que lo creado por el hombre, ya sean sus tendencias morales o creaciones naturales, siempre serán únicos (no existirá otra acto igual, no habrá una repetición de los hechos), esto se da por pertenecer a un espacio y a un tiempo determinado. Sin embargo habrá cambios conforme a la situación histórica, relacionándose entre sí, abriendo nuevos campos de conocimiento. Dicho lo cual, no me parece que el historicismo sea un método o una teoría.

El historicismo se usa además para designar corrientes o doctrinas muy diversas con un punto en común, subrayar el importante papel que desempeña el carácter histórico del hombre y, en ocasiones, de la naturaleza. Además de buscar una forma de ver al hombre en una realidad, en donde se utilice la razón como una forma de vivir y, vivir es tratar con el mundo y dar cuenta de él, no de forma abstracto, si no de forma concreto y pleno.

La realidad histórica, es un compendio de muchas realidades, de muchos ámbitos, del cual el hombre va conociendo y se va conociendo en el transcurso de su vida, implementando así un conocimiento amplio de su ambiente, ambiente que desatará sus expresiones, sus hechos. La realidad no es una cuestión ajena al hombre, es parte de ella, y por estar relacionados, se convierte en una herramienta de explicación de él y de sus circunstancias.
Como enseñar los conceptos de historicismo y realidad histórica a niños de primaria, secundaria y bachilleres.

Es muy complicado explicar éstos conceptos a un niño de primaria, pues su capacidad de razonamiento es muy precaria, sin embargo la imaginación y los claros ejemplos son una gran herramienta para la comunicación. En el caso de la primaria tocaría el tema (historicismo y realidad histórica) de una manera simple, tratando de mostrar lo que se encuentra a su alrededor, en su comunidad, la manera en que se desarrollan las actividades. Siguiendo así, y con ayuda de las clases de historia que imparta, mostraré el papel que juega el hombre en la historia, sus peculiaridades, etc. Viendo en cada caso, el de su comunidad y el de las clases, la peculiaridad y el progreso continuo, las herramientas y los espacios en que conviven.

Para nivel secundaría, es un poco más “fácil”, pues se le explicaría en primera instancia lo que implica una corriente historiográfica, para que así se pase a la explicación de historicismo y realidad histórica. Llevando primero al interés de los conceptos, para que así el alumno no los tomé como ajenos, y de una forma similar que en la primaria partiría de su vida cotidiana, como una forma de asimilar los conceptos, para después pasar con ejemplos de hechos históricos, y los factores que hacen posible los hechos históricos, con ayuda de textos seleccionados.

En preparatoria o bachilleres, insistiría en la explicación de historicismo como una corriente historiográfica, implementaría más la lectura y la discusión acerca del hombre y su realidad histórica con varios temas actuales para su comparación. Ver que entienden por realidad histórica y por historicismo a partir de varios textos y dar ejemplos.



BIBLIOGRAFÍA

1. Cruz, Manuel. El historicismo. Ciencia social y filosofía. Barcelona. Montesinos. 1981. 113p.

2. Brugger, Walter, s.i. Diccionario de filosofía. Trad. José Maria Vélez Cantarell. Barcelona. Herder. 1978. Nueva Edición Compilada. 683p.

3. Waismann, A. El historicismo contemporáneo. Spenger- Troeltsch –Croce. Buenos Aires. Nova. 1960. 197p.

4. Aurell, Jaume. La estructura de la memoria. De los positivistas a los postmodernismos. Valencia. Universitat de Valencia. 2005. 254p.

5. Ellacuría, Ignacio. Filosofía de la realidad histórica. Madrid. Trotta. 1991. 478 p.







[1] Manuel Cruz. El historicismo. Ciencia social y filosofía. Barcelona. Montesinos. 1981. 113p. p. 9.
[2] Íbidem., p. 11.
[3] Walter Brugger, s.i. Diccionario de filosofía. Trad. José Maria Vélez Cantarell. Barcelona. Herder. 1978. Nueva Edición Compilada. 683p. p. 265.
[4] A. Waismann. El historicismo contemporáneo. Spenger- Troeltsch –Croce. Buenos Aires. Nova. 1960. 197p. p. 130.
[5] Jaume Aurell. La estructura de la memoria. De los positivistas a los postmodernismos. Valencia. Universitat de Valencia. 2005. 254p. p. 28.
[6] Ignacio Ellacuría. Filosofía de la realidad histórica. Madrid. Trotta. 1991. 478 p. p,., 39-40.

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