martes, 24 de abril de 2007

Progreso

Sonia Martínez Torres

PROGRESO. Designa el encadenamiento de una serie de hechos encaminados a la realización de la perfección humana, que se hace evidente mediante una valoración del pasado y la inauguración de una perspectiva hacia el futuro, estableciendo así una conjugación muy importante entre pasado y futuro. Estos son los elementos principales que caracterizan el concepto, sin embargo, detrás de ellos se desarrollo un proceso que coadyuvó a su establecimiento. Dicho proceso se conforma de dos etapas, que corresponden, a saber, a su origen y desarrollo. Se ubican respectivamente en el S.XVII, XVIII y XIX.

Los antecedentes de su origen pueden resumirse como una serie de cambios que hicieron fértil el terreno para su aparición. En la Antigüedad, la Edad Media, el Renacimiento germinaron algunos elementos de esta idea que no prosperaron debido a,

“…la mente especulativa de los griegos no se topó nunca con la idea de progreso. En primer lugar, su limitada experiencia histórica no podía sugerirles fácilmente semejante tesis y, en segundo lugar, los axiomas de su pensamiento, sus prensiones hacia el cambio, sus teoría de Moira, de la degeneración y de los ciclos les sugerían una visión del mundo que era antítesis misma de la idea del desarrollo progresivo[…] La idea del universo que prevaleció en la Edad Media y la orientación general del pensamiento humano eran incompatibles con algunos de los postulados fundamentales que requiere la teoría del Progreso.” [1]


El nacimiento de la idea explícita del progreso se ubica en el S. XV con la invención de la imprenta y su desarrollo se ubica en los confines de la revolución francesa a fines del S. XVIII y, para el S. XIX se observa su afirmación total. Este proceso se vio favorecido por una gran cantidad de eventos que, en términos generales,

“…fue impulsada por dos grandes motores: Primeramente, al integrarse al profundo movimiento de reafirmación religiosa que vivieron las sociedades europeas tras la gran sacudida que representó la Reforma. Pero también, y no es lo menos importante, porque entonces también arrancó la revolución científica, que a partir de Copérnico y sobre todo con Kepler, Galileo, Descartes, Newton, conformaría la base sobre la cual se habrían de fundar el optimismo iluminista y su afirmación del progreso como hilo conductor de una historia que se lanza hacia un futuro siempre mejor”[2]


La idea de progreso que implica un adelanto en las ciencias y las técnicas, se afianza de 1620-1720, pero para 1740 se empieza a generalizar y se inmiscuye en los casmpos de la historia, la filosofía, y la economía política. De esta manera, podemos encontrar los siguientes autores, en orden de aparición: Para el S.XVII Bossuet, Bacon, Descartes; S. XVIII Voltaire, Turgot, Condorcet; S. XIX Fichte, Comte, Darwin, Spencer, por lo que, “…sería mejor hablar de ideas de progreso, compuestas por elementos extremadamente complejos y variables, así como también de variable madurez.” [3]

Todos ellos fueron artífices de las principales implicaciones de la idea,
“1) el curso de los hechos (naturales e históricos) constituye una serie unilineal; 2)todo término de esta serie es necesario en el sentido que no puede ser diferente de los que es; 3) todo término de la serie realiza un incremento de valor sobre el precedente; 4) toda regresión es aparente o constituye la condición de un P. mayor.” [4]

Durante el S. XIX se afirma el concepto con: la búsqueda de leyes; la enunciación de que el progreso es de índole económica y social en una producción creciente de fuerza y bienestar social; se niega el regreso al pasado. Aunque la revolución significa una ruptura los revolucionarios subsanan este problema con la inauguración de “un nuevo calendario” que comenzaría con la proclamación de la República en 1792, lo que ocasionó, a su vez, una reacción opositora.

Por último, la idea de progreso ha desembocado en un muy importante cuestionamiento que ha ocasionado su crisis a partir de la experiencia, principalmente de las dos guerras mundiales, pues, la idea de progreso requiere de una creencia bien fincada en el futuro como algo que necesariamente depara condiciones materiales mejores,

“…el Progreso humano pertenece a la misma categoría de ideas que la Providencia o la inmortalidad personal. Es una idea verdadera o falsa y, a semejanza de aquellas otras, no puede probarse su verdad o falsedad. Creer en ella exige un acto de fe. La idea del Progreso humano, es, pues, una teoría que contiene una síntesis del pasado y una previsión del futuro. Se basa en una interpretación de la historia que considera al hombre caminando lentamente –predetentim progredients- es una dirección definida y deseable e interfiere este progreso continuará indefinidamente.”[5]






























REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía. 3era. Ed. 1era. Reimpr. México. F.C.E. 2000.

Bury, John B. La idea del progreso. [Trad. Elías Díaz y Julio Rodríguez Aramberri]. Madrid. Alianza Editorial. (Libro de Bolsillo). 1971. 327 pp.

Friedman, Georges. La crisis del progreso. Esbozo de la historia de las ideas 1895-1935. [Trad. Del francés Marco Galmanni]. Barcelona. Editorial LAIA. 1977.

Illescas, Najera María Dolores. Un haz de reflexiones en torno al tiempo, la historia y la modernidad. México. Universidad Iberoamericana. 1995. 458 pp.

LeGoff, Jacques. Pensar la historia. Modernidad, presente y progreso. 1era. Reimpr. Barcelona. Paidós. 1997. 270 pp.

Nisbet, Robert. Historia de la idea de progreso. Barcelona. Gedisa Editorial. 1991. 494 pp.


[1] Bury, John B. La idea del progreso. [Trad. Elías Díaz y Julio Rodríguez Aramberri]. Madrid. Alianza Editorial. (Libro de Bolsillo). 1971. P. 29

[2] Illescas, Najera María Dolores. Un haz de reflexiones en torno al tiempo, la historia y la modernidad. México. Universidad Iberoamericana. 1995. P. 58
[3] Friedman, Georges. La crisis del progreso. Esbozo de la historia de las ideas 1895-1935. [Trad. Del francés Marco Galmanni]. Barcelona. Editorial LAIA. 1977. p.13

[4]Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía. 3era. Ed. 1era. Reimpr. México. F.C.E. 2000. p. 957

[5] Bury, John B. Op. Cit. p. 17

Historiografía

Nava Bonilla Norberto

Encontrarle un significado único a este concepto es difícil. Literalmente el diccionario de la Real Academia Española nos dice que la palabra historiografía viene de: historiógrafo, y éste del griego Ιστοριογράφος, de Ιστορία, Historia y -γράφος, de la raíz de γράφειν, escribir: el que escribe, o describe, la Historia[1]

Pero antes de analizar esto, comprendamos a grandes rasgos el significado de historia (con h minúscula) e Historia (con H mayúscula); reflexión fundamental en la que todo historiador a caído alguna vez. La primera de ellas se refiere evidentemente al acontecer diario del hombre y la segunda podemos considerarla como la “ciencia” que se encarga de estudiar este acontecer. Podemos ver claramente esta confusión entre la materia y el objeto de estudio “Fue el pensamiento positivista el que estableció la necesidad de que las ciencias tuviesen un nombre propio distinto del de su campo de estudio. Tal necesidad parece obedecer a la idea típica del positivismo clásico de que primero se descubren los hechos y luego se constituye la ciencia”[2]

Es así como se busca un lenguaje especializado para nuestra labor. De aquí surge la palabra historiografía, algunas veces confundido con el término antes citado “Historia”, pues podemos decir que en la Historia están los hechos pasados, la investigación y los resultados que se obtienen; pero la forma de presentarlos se refiere más a la historiografía.

No obstante esto no se queda solo ahí, pues también podemos considerar a la historiografía desde dos perspectivas distintas: ciencia y género literario. Ya hemos dicho que el término de ciencia surgió desde que los positivistas buscaban leyes generales en el comportamiento del hombre con sus dos coordenadas: tiempo y espacio. Nosotros también proponemos hipótesis, realizamos investigación y elaboramos conclusiones, es decir utilizamos el método científico; peor solamente hay un paso que nunca podremos realizar: la comprobación de resultado y es que bien podemos decir por ejemplo que cuando Hidalgo dio el grito en Dolores mencionó a Fernando VII y a la Virgen de Guadalupe, sin embargo tendíamos que regresar el tiempo para comprobar esta conclusión. De esta forma podemos ver que el adjetivo de ciencia no satisface completamente a la historiografía y a la Historia en general. Por otro lado la manera en que presentamos estos resultados o tesis puede ser asemejado con un género literario. Dado que escribimos con un principio, nudo y desenlace, la organización casi artística en que estructuremos nuestro trabajo será una meta lograda pues se obtendrá una mejor comprensión entre nuestros lectores y así la difusión de nuestras ideas. La diferencia radical entre el literato y el historiador es la veracidad en los hechos, pues al crear una obra de literatura se tiene la libertad de inventar personajes, hechos y situaciones, por el contrario el historiador debe sustentar lo que dice mediante un aparato crítico y la existencia de sus fuentes. Es así como el género literario tampoco satisface a la historiografía aunque tiene algo de ello.

Así podemos decir que la parte científica de la Historia se encuentra en el rigor de sus procedimientos y el aspecto literario surge en el momento de comunicar lo que el rigor científico a investigado.

Así podemos dar una definición general de la historiografía basados en el libro de Julio Aróstegui: La palabra historiografía resuelve la necesidad de un término para designar la tarea de la investigación y escritura de la Historia frente a Historia que se refiere a la realidad histórica.
“Historiografía es en su acepción más simple ‘escritura de la Historia’. E históricamente puede recoger la alusión a las diversas formas de escritura de la Historia que se han sucedido desde la Antigüedad clásica. Se puede hablar de ‘historiografía griega’, ‘chinas’ o ‘positivistas’, por ejemplo, para señalar ciertas prácticas bien identificadas de escribir la historia en determinadas épocas, ámbitos culturales o tradiciones científicas. Historiografía sería la actividad y el producto de la actividad de los historiadores y también la disciplina intelectual y académica constituida por ellos”[3]

Concepto para alumnos nivel secundaria:

Para definir historiografía me parece correcto que la circunscribiéramos dentro de la significación de historia. Así podemos iniciar con la Historia de Heródoto, quien se dedica a narrar lo que investigo. Posteriormente esta Historia se expresa de manera escrita y es lo que consideramos como Historiografía.

Nivel primaria:

La historia o narración que podemos leerla en algunos libros, por ejemplo a Heródoto quien hizo un libro donde nos cuenta lo que ocurrió en su país. Su libro como es escrito es historiografía.
[1] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=historiografia
[2] Aróstegui Julio. La investigación histórica: Teoría y método. España: Crítica, 2001, p. 21
[3] Ibidem, p. 27

Hado, fortuna, destino y azar

Sartillo Rodríguez Gustavo y Mora Hernández César Alberto

De acuerdo a una pequeña búsqueda, estas son las definiciones que consideramos pueden ser más entendibles por los jóvenes que buscan acercarse a un vocabulario histórico. Es necesario precisar que, siendo requisito del curso, nuestras definiciones se basan en la concepción que los griegos tenían de esos complejos conceptos.
HADO
El Hado (FATUM entre los romanos) o destino es la fuerza irresistible que según los antiguos, impulsaba a los dioses y a los hombres. La fuerza del HADO se manifiesta principalmente en el nacimiento y en la muerte. Así por ejemplo, son personificaciones de estas las moiras y las parcas (divinidades griegas). FATUM Divinidad ciega del destino humano a la que Hesiodo (pensador griego) hacía nacer de la noche y del caos. Especie de genio o demonio personal (símbolo del destino individual. Al FATUM –divinidad inexorable- estaban sometidos todos los hombres e incluso loe héroes y los dioses. Los decretos del destino, estaban escritos desde la eternidad de los tiempos.

AZAR Los accidentes, los individuos.
Son golpes de suerte o movimientos del humor los que determinan la sucesión de acontecimientos, las costumbres mismas que regulan el comportamiento de los pueblos son presentadas más de una vez como producto de algún accidente pasado.
Todos esos accidentes actúan sobre el curso de la Historia a través de las reacciones de los individuos, sus acciones son motivadas, por lo general, por sus deseos o pasiones que no tienen que ver con la gran política.
Esta en el orden natural de las cosas que los individuos experimentan pasiones diversas, ambiciones, deseos o rencores, pero estas pasiones no se orientan hacia tal o cual objeto más que después de algunos incidentes.

DESTINO
En la mitología griega es una divinidad ciega indomable nacida de la noche, las demás divinidades le están subordinadas. El destino (HADO FACTUM), es en los mitos como en la tragedia griega, la fatalidad implacable en virtud de la cual acontecen las cosas. Ni el propio Zeus puede varar el rumbo del destino a favor de los dioses o de los hombres.

FORTUNA
En la mitología romana la fortuna –principio femenino de casualidad- es la divinidad que personifica la circunstancia caprichosa y voluble. A veces adversa, aunque casi siempre favorable, se mantiene en la vida de los pueblos y de los hombres. La fortuna, simbólicamente distribuye a capricho los bienes y los males.
Polibio, es su búsqueda de las causalidades, da intervención a los juegos múltiples de la fortuna y el azar. También cree en el ejercicio de un poder soberano que da sentido y coherencia al conjunto de la Historia. Esa fuerza inaccesible es la fortuna, a la fortuna la sigue viendo como un horizonte inalcanzable.
En el discurso histórico de Polibio la fortuna tiene incluso una actividad constante, racional y, manifiesta sus emociones y sus motivos de satisfacción o descontento. Es el principio que trasciende la obra en la Historia y asegura, a la vez, su continuidad y su unidad en un todo viviente ubicado más allá de los desordenes de la facticidad.
La fortuna en Titio Livio se basa en Mostar que los pequeños incidente4s pueden convertirse en acontecimientos importantes, pero no influyen sobre el destino que se manifiesta sobres todos a través de la multiplicación de los prodigios.
A CONTINUACIÓN OFRECEMOS UN EJEMPLO DE CÓMO PODER FACILITAR LA COPRESIÓN DE UNO DE ESTOS TÉRMINOS.
Dos países se encuentran en guerra y la victoria del país A sobre el B es inminente, pues el país A cuenta con una flota más numerosa y poderosa. El país A; confiado en su poderío naval, inicia el ataque, pero justo en ese preciso momento, una gran tormenta se deja venir arrasando la mayor parte de la flota del país A. Ahora; las cosas cambiaron y la victoria queda en manos del país B que derrota al pequeño número de barcos restante del país A.
Como vemos en la historia también se puede presentar el azar. Un hecho azaroso, al suceder no tiene una causa que haya sido premeditada y que lo originé pero al fin y al cabo sucede lejos de la manipulación humana.
Sin haber sido presupuestos; ni el hecho azaroso ni las resultantes del mismo, esta intervención del azar determina y modifica un suceso original, en este caso la victoria en una batalla naval.

BIBLIOGRAFIA
Denis Roussel. Los historiadores griegos. Argentina. Siglo XXI editores. 1975. 204p.
Francois Dosse. La historia conceptos y escrituras. Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión 2004. 249 p.
José Antonio Pérez-Rioja. Diccionario de Símbolos y mitos. Madrid. Editorial Tecnos. 1997. 427p.
Luís Suárez. Las grandes interpretaciones de la historia. Bilbao. Ediciones Moreton. 204p.

Estructura y larga duración

Serafina Castro

Cuando se habla de la docencia vista como una actividad donde el historiador puede desenvolverse profesionalmente, lleva inmediatamente al problema que significa la adecuada formación que lleve a cumplir con eficacia el compromiso que para el historiador, implica el ingreso a una actividad donde se inserta como agente directo dentro del proceso educativo formal. De ahí que se hace necesario la familiarización con aspectos teórico-metodológicos, con los cuales el historiador que opte por la docencia, enfrente su trabajo frente al grupo, y emprenda la nada fácil tarea en la formación de una conciencia reflexiva y critica con sus alumnos, que les lleve a pensarse como protagonistas de la historia, creadores de su propia cultura (conciencia histórica) y en constante búsqueda de una mejor comprensión de su realidad.

De tal compromiso puede convertir la enseñanza de la historia en algo más que una serie de datos o fechas para memorizar, o simple narrativa con efectos literarios, sino, desde un nivel elemental de aprendizaje (primaria y secundaria), como lo señala Pluckrose proporcionar “las técnicas y los conceptos específicos del estudio de la historia” (1), para una mejor comprensión del pasado, sea éste cercano o lejano, sin que este se encuentre desvinculado de su presente.

Sabemos también que nos enfrentamos a grupos cuyos niveles cognitivos son diferentes, sea desde la enseñanza básica hasta un nivel superior, sin embargo, puesto que hay que propiciar un aprendizaje significativo, entonces este no debe ser ajeno al entorno concreto del educando, pues de su comprensión inmediata podrá propiciarse el interés sobre un pasado inmediato o lejano.

Así entonces, el historiador como docente, debe tener bien claro ¿qué es la historia? .Sin una visión clara de lo que es la historia, su significado, y los conceptos principales que se manejan dentro de la comunidad académica, la labor con los alumnos se tornará problemática y difícil, ya no digamos imposible. Con ello entonces trataremos de definir dos conceptos con que la historiografía ha dado cuenta del cambio social a través del tiempo, ellos son: Larga Duración y Estructura.






(1) Pluckrose, Henry, Enseñanza y Aprendizaje de la Historia, trad. Guillermo Solana, Madrid, Ministerio de Educación y ciencia. Morata, 1993, p. 17



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Representante de la segunda generación de la escuela francesa de los Annales, Fernand Braudel (2), tuvo una importante aportación a la historiografía contemporánea que consistió en señalar que en los cambios sociales intervienen diferentes temporalidades. Como resultado de sus reflexiones sobre la dialéctica de espacio-tiempo, armó su obra en función de duraciones, dando coherencia al conjunto por medio de estructuras. Cada una de las duraciones es en sí un intento de explicación del conjunto. Tres son los movimientos de duraciones:

Corta duración: alude a una historia de tiempo corto que esta centrada en la primacía del individuo y el acontecimiento. Son los hechos espectaculares, pero fugaces. Este nivel es superficial y esta condicionado por los otros dos niveles., que le mandan sus impulsos Aquí se ve al presente como una suerte de entidad independiente del pasado y del futuro.

La Larga duración: Braudel, considera que los cambios sociales se comprenden desde lo que él llamó “tiempo largo”. El objeto de esta historia ya no es el individuo, sino el hecho social en su totalidad. Para este historiador, el presente tiene el peso del pasado; los problemas del presente no son algo espontáneo, obedecen a procesos de larga duración. Hay pues una división en la historia en función de sus duraciones, siendo la larga duración la que conlleva hacia un aspecto vinculante del presente con el pasado y viceversa.Es la parte más importante para la explicación histórica, pues se da cuenta de fenómenos sociales, culturales, económicos, etc. que pueden durar desde décadas a siglos.

El movimiento más lento, que se encuentra en la base, correspondiente a la muy larga duración. Este corresponde a un tiempo geográfico, donde hay una historia lenta en el fluir y transformación, que toca las relaciones del hombre y el medio físico y que pareciera inmóvil.

Estructura: Para Braudel La estructura “es indudablemente un ensamblaje, una arquitectura; pero más aún, una realidad que el tiempo tarda enormemente en desgastar y transportar” (3). En este sentido, podemos hacer patente que las acciones sociales están inscritas en una lógica de finalidad fincada por la estructura. Estas a su vez forman un conjunto de elementos relacionados de manera interdependientes, que al evolucionar lentamente, actúan como condicionantes del funcionamiento de la sociedad, y cuyo análisis se hacen necesarios para comprender los fenómenos históricos. Los integran elementos físicos, demográficos, sociales, económicos, culturales, etc.

Ahora bien, aclarados los conceptos de larga duración y estructura, y colocado el historiador en el nada fácil papel de docente, se impone la necesidad de brindar a los alumnos la oportunidad temprana de inmiscuirse en el campo histórico adentrándolos de manera reflexiva hacia su familiarización y comprensión como elementos explicativos de la materia especifica.

(2) Fernánd Braudel, Historia y Ciencias Sociales, 4ª ed. Madrid, Alianza Editorial, 1979, 226 pp.

(3) Ibidem, p. 70

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Entonces es necesario que se familiarice con las palabras, o conceptos que le lleven a entender la historia como la disciplina, que encierra dos niveles primordiales, ontológicoy epistemológico. El primero supone un proceso inscrito en una realidad abarcante, que no desvincula el presente del pasado y del futuro; y que conlleva una atribución de las cosas, cuyo movimiento diacrónico y sincrónico es susceptible de ser investigado. De ahí, que a través del estudio o investigación (plano epistemológico) de esa realidad surja la historia, como divulgación o enseñanza.

Así entonces, retomando a Pluckrose, “para que un niño pequeño estudie historia no basta simplemente con brindarle un conjunto de fechas, acontecimientos y relatos curiosos del pasado, animados con periodos ocasionales de realización de maquetas, dibujos e interpretaciones dramáticas” (4), sino su conocimiento debe ser significativo, esto es, que se haga parte de su vida la cual es también parte misma de la historia. Y esto no es privativo del niño pequeño, sino debiera presentarse en todos los niveles formales de enseñanza.

Con ello, un conocimiento, en este caso histórico, se convierte en tal porque se hace algo nuestro, incluido por supuesto al docente. Nuestro en el sentido de que hay una relación personal con él. De ahí que los conceptos a manejar no se enseñen como un ejercicio que hay que repetir, y resulten elementos aislados del quehacer diario.

Así, para un nivel, de educación media básica, se hace necesario, que para entender la historia, se muestre que también se refiere al cambio dentro del marco temporal y que el cambio histórico es a menudo lento y casi imperceptible, por estructuras profundas que lo sustentan. Partimos que a esta edad (12-14 años) ya se tiene una noción de tiempo, Pero para que los alumnos empiecen a manejar o comprender este lenguaje histórico, se hace necesario que el interés se propicie a partir de su entorno particular, donde la formación de conceptos parta de sus experiencias personales, para propiciar el interés por ellos.

De esta manera, como punto de partida o estrategia didáctica, comenzamos por propiciar el interés por un pasaje de la historia a través de un cuento. Un ejemplo sería el de Ana Rosa Suárez (5). Podemos tomar el relato sobre la Independencia de México y hacer una lectura, propiciando la participación grupal, donde se desarrollen destrezas tales como hablar, escuchar y anotar. Captando el interés, remitirnos al análisis histórico de la época a través de un eje temático, por ejemplo situación social de los indígenas y propiciar quizá una secuenciación a través de dibujos o fotografías sobre estos grupos humanos desde épocas prehispánicas hasta nuestros días, pero además fomentando la observación directa, sobre los sobrevivientes hasta nuestros días, tratando de resolver preguntas de manera grupal, tales como ¿ha cambiado su situación social, económica o política lograda la independencia de México? ¿obligan esas estructuras para que su situación haya cambiado o permanezca igual? ¿Todos los cambios cualquiera que estos sean, son para todos iguales?

(4) Pluckrose, op, cit., p. 30

(5) Ana Suárez, Con el calendario hacia atrás, México, Ediciones Basileia, 2002, p 5-13

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BIBLIOGRAFÍA





Braudel, Fernánd Historia y Ciencias Sociales, 4ª ed. Madrid, Alianza Editorial, 1979, 226 pp.


Pluckrose, Henry, Enseñanza y Aprendizaje de la Historia, trad. Guillermo Solana, Madrid, Ministerio de Educación y ciencia. Morata, 1993, pp. 17-68


Suárez, Ana, Con el calendario hacia atrás, México, Ediciones Basileia, 2002, 142 pp.

Método

Mariana Hernández Cruz

Método

- Concepto de Método a nivel primaria.

Método: son pasos necesarios y ordenados que llevan un por medio de una norma, procedimiento o sistema para llevar a cabo una cosa, meta, objetivo o resultado.
Dicho concepto lo podemos utilizar en la enseñanza de la historia, al relacionarlo con el niño en su vida diaria. Ejemplo:

Para ver un programa televisivo favorito, el niño debe llevar una serie de pasos con un orden.( Este ejemplo lo lleva la mayoría de las tutoras, aunque hay excepciones).
1) Al llegar de la escuela, el niño debe de cambiarse de ropa y guardarla en respectivo lugar.
2) Lavarse las manos para comer
3) Ayudar a recoger la mesa
4) Hacer la tarea y terminarla
5) El premio: ver el programa de televisión preferido.

Otro ejemplo:
Para un paseo o excusión por parte de la escuela, el niño debe cumplir con lo siguiente:
1) Echarle ganas a la escuela: sacando buenas notas
2) Portarse bien dentro del salón
3) No tener un reporte o llamada de atención por parte del docente
4) Obedecer al maestro (escuela) y las reglas de la casa
5) El resultado: ir a la excursión

Bien, lo anterior se puede decir que son ejemplos simples pero que suenan tan familiares, tal vez amerita citar otros ejemplos, pero fueron los primeros que me pasaron por la cabeza.
Entonces, ¿cómo relacionar el concepto de método en la clase de historia? en primer lugar, como futuro docente, no puedes llegar con el alumno diciendo de una manera directa: el método es…porque ocasionaría que el niño no relacionara en concepto con lo que esta viendo en la página 50 de su libro gratuito de la historia de México (SEP); si no que es un motivo de manera introductoria para explicar el método en la historia.
El método de la historia también lleva una serie de pasos ordenados que nos conduce explicar y adquirir nuevos conocimientos de un hecho histórico. Para mejor comprensión, retomemos el ejemplo de la página 50 del libro de historia para educación básica de sexto año.
Bien, esa página nos habla sobre cómo se encontraba la sociedad en los primeros años de vida independiente, las costumbres, la presencia de numerosos viajeros…etc. El método se aplicaría en lo siguiente:
1) Empezar a decirle al educando que todo hecho histórico lleva consigo una serie de momentos y circunstancias, tanto políticas, económicas, sociales y culturales y que éstas siempre van a ir ligadas.
2) Las costumbres en la sociedad en los primeros años de vida independiente están en constante cambio ante la llegada de extranjeros a nuestro país, ante la curiosidad de ver indios con poca capacidad intelectual porque algunos europeos se atrevieron decir que así eran las personas del nuevo mundo (América). Este tema lo abordaremos con poca porque el tema es largo.
3) Ante la curiosidad de conocer las plantas, frutas, paisajes y metales que tenía el país, varias personas de otros países del mundo pisaron dicha tierra.
4) Esto trajo consigo una prosperidad económica estable ante muchas inversiones en el campo mineral (economía), nuevas influencias e ideologías (política), adquisición de nuevas costumbres y modas (sociedad) e influencias artísticas y la creación de instituciones enfocadas en una forma erudita y académica (cultura-arte).
5) Objetivo: entender porque en los primeros años de vida independiente fue tranquila.
El objetivo no implica saturar al niño con tanta información, sino que se introduzca la importancia del método en la historia.



- Concepto de Método de investigación histórica a nivel secundaria

Es un procedimiento en que se puede adquirir, organizar y aplicar conocimientos nuevos.
1) identificar el problema
2) hacer una hipótesis acerca de la respuesta
3) predecir las consecuencias de la hipótesis
4) fundamentar conclusiones

Lo anterior se puede decir, que el método de investigación histórica es el aspecto teórico de la misma, fundamenta las investigaciones sobre la experiencia humana. El objetivo de este método es que se adquieran resultados de la investigación porque a través de ellos se puede interrogar al pasado.
En este nivel académico, los alumnos tienen la capacidad de desarrollar preguntas inquietantes más que el de nivel básico, ya que pueden formular hipótesis y entender el manejo de búsqueda de más libros que en la primaria, que en su mayoría los alumnos se basan en un solo libro: el texto gratuito de la SEP.
Dar a conocer al educando que el historiador utiliza este método para llegar a una interpretación y conclusión de un aspecto histórico.
Creo que para la edad de los muchachos a nivel secundaria, los trabajos en la clase de historia deberían ser libres ante un tema de interés, y no resignarlos a que busquen respuestas sobre la política, economía, sociedad y el ámbito cultural, si no de temas ajenos a estos, tales como: la historia del fútbol o la historia de la formación de un equipo de fútbol (pumas, cruz azul…), los antecedentes o historia del surgimiento de un género de música, vida cotidiana, etc. Que en conclusión siempre van ligados con los cuatro bloques mencionados, pero hay que hacerlo de una manera disfrazada: omitiendo las palabras aburridas y temibles para los chicos, POLÍTICA, ECONOMÍA….

Revuelta, rebelión y revolución

Maribel Arroyo

Rebelión: define el fenómeno de rebeldía (oponer resistencia) amplia que emprende una sociedad determinada contra las estructuras sociales y políticas existentes; en ella se levantan las armas contra la injusticia, las autoridades los propietarios, pretendiendo reivindicar algo o bien evitar la aplicación de una medida, pero generalmente no se busca la transformación al orden establecido. La rebelión es parte intrínseca de todo movimiento revolucionario.

Revuelta. Revuelta popular puede definirse como el acto social de protesta y de defensa inmediata que los hombres practican políticamente contra sus enemigos cercanos. Permeada de de gran espontaneidad, no tiene programa, ni sólidos contenidos ni grandes objetivos radicales, por lo regular suelen ser de orden local y de muy corta duración. Su propósito fundamental es enfrentar algo que afecta directamente a la sociedad del lugar, para destruirlo o erradicarlo. Por sus propias condiciones las revueltas no llegan a tener en general trascendencia.

Revolución. Este término resulta un poco complicado ya que se usa en diversas acepciones. De acuerdo al Novísimo diccionario de la lengua italiana por ejemplo distingue cinco acepciones. La primera como movimiento de un cuerpo en torno a su eje de rotación; la segunda, propia de la terminología astronómica como movimiento de un cuerpo celeste en torno a otro; la tercera como cambio violento de gobierno, sublevación, rebelión del pueblo; la cuarta como renovación de doctrinas, ideas, etc. la quinta como confusión, trastorno. De estas las que tienen mayor relevancia para este curso son la tercera y la cuarta.
Para la mayoría de los autores es difícil definir con exactitud este término por la cantidad de elementos que se involucran para definirlo, sin embargo lo que aportan son las características distintivas de lo que es una revolución.
Así pues Umberto Melotti menciona que la revolución se presenta como una trasmisión de poder diversa de la contemplada por la lógica del sistema jurídico vigente. Como tal presupone, generalmente la violencia cruenta o incruenta. Con todo la revolución no es simplemente la sustitución de una élite de poder por otra; es también una reestructuración más o menos profunda del poder difuso, es decir de las relaciones Interindividuales de poder entre todos los asociados.
La revolución es una nueva estructura social y, al mismo tiempo, un cambio radical de los valores fundamentales de la civilización. El periodo de transición revolucionario se caracteriza por una serie de cambios de menor importancia que se presentan siempre de improviso y que van aparejados de conflictos violentos que se manifiestan en tiempos y lugares distintos.
Al mismo tiempo Enrique Semo realiza de manera más específica y esquematizada las características de una revolución social:
Para que un suceso histórico adquiera el carácter de revolución social debe, al menos, reunir las siguientes condiciones.

1) Que se presente un aceleración de la lucha de clases, una ruptura en el proceso evolutivo, una reorientación cualitativa en la historia de una nación (algunas revoluciones adquieren trascendencia mundial o regional) afectando no tal o cual aspecto de la vida social; sino la sociedad en su conjunto.
2) Que las masas participen activamente y en gran escala en el proceso; impulsando la transformación social, ya sea con sus propias demandas o supeditadas a las banderas de la clase revolucionaria, que impone su hegemonía.
3) Que exista en el campo revolucionario una clase o fracción de clases que pueda plantear el problema del poder estatal; es decir, de la sustitución de la clase reaccionaria o conservadora por otra más avanzada, “capaz de modelar –como decía Engels- la sociedad a su imagen y semejanza.

Otras definiciones consideran que revolución no necesariamente tiene que ser una ruptura de la continuidad jurídica en el sentido económico o político o en lo social. Puede llamarse revolución a una honda transformación de la vida histórica, en la cultura y en la sociedad, fundada en el descubrimiento de nuevos valores, descubrimientos que susciten un cambio radical en la actitud de los hombres ante la existencia, en la orientación de sus quehaceres, en sus preferencias o en sus estructuras sociales.

Rebelión, Revuelta y Revolución (nivel medio superior).

Aparentemente estos conceptos no tienen demasiada complejidad, sin embargo donde si nos podríamos detener y podría causar problemas es entender la comprensión del concepto revolución, puesto que hay demasiadas variantes sobre todo en cuanto a los agentes que participan y a la finalidad de esta.
Ahora bien no creo que halla demasiado problema en discernir una de la otra. Explicado de manera sencilla podemos destacar las diferencias que hay entre los tres conceptos y así saber a que se refiere cada uno.
Así pues entendemos que la rebelión es oponer resistencia para que se ejerza alguna medida por desarrollarse o ya existente, pero que no busca un cambio en las formas existentes de vida, es decir no busca trasformar el orden jurídico en el cual se vive. La revuelta se desarrolla de manera espontánea, se busca un objetivo inmediato, es de muy corta duración y generalmente es de carácter local, todo ocurre tras el calor del momento. La revolución es un proceso, es decir regularmente es de muy larga duración, los cambios se pueden ir proyectando poco a poco hasta llegar a una transformación radical de la forma existencia de vida y ese cambio radical va acompañado de la violencia.

Bibliografía: Umberto Melotti. Revolución y sociedad. Trad. José Luis Pérez Fondo de Cultura Económica. México, 1972.
Enrique Semo. Historia mexicana. Economía y lucha de clases. Serie popular Era. México, 1982.
Estudios Sociológicos (sociología de la revolución). Noveno congreso nacional de sociología. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. México, 1958.
Carlos Herrero Bervera. Revuelta, rebelión y revolución en 1810. Edit. Centro de estudios históricos internacionales, Miguel Ángel Porrúa. México, 2001.

Conceptos de Objetividad e Imparcialidad

Fernando Pérez Celis

Para un diccionario o enciclopedia, los conceptos arriba señalados se definen de la siguiente manera:

Imparcialidad: f. Falta de designio anticipado o de prevención en contra de personas o cosas, de que resulta poderse juzgar o proceder con rectitud.

Objetivismo: m. Objetividad. Doctrina filosófica según la cual el objeto tiene prioridad sobre el sujeto.[1]

Estas definiciones dejan claras dos cosas: Primero, la imparcialidad consiste en no tomar partido dentro de una cuestión dada con el fin de tratarla de la mejor manera posible. Segundo, la objetividad es considerada una doctrina, y por tanto, una manera de ver y entender el mundo, según la cual los objetos están por encima de quienes los conocen.

Como se puede observar, estos conceptos con las respectivas definiciones dadas arriba son imposibles dentro del discurso histórico por dos cosas: Primero, todo historiador toma partido dentro del tema o temas de investigación que decide historiar, de hecho, el mismo acto de decidir que historiar es ya una toma de partido. Segundo, dentro del quehacer histórico no puede haber doctrina, ni teórica, ni metodológica, ni hermenéutica (mucho menos hermenéutica) ni de ningún tipo, ya que toda doctrina es teleológica y como el discurso histórico es una constante reinterpretación de las visiones del acontecer, no puede tener una visión que lo totalice o finalice. Además, de que en historia la distinción entre sujeto y objeto es inexistente, ya que son los seres humanos (sujetos) en su devenir aquello que se estudia (objeto) por otros seres humanos según su contexto presente.

Un acercamiento a un diccionario más pertinente con respecto a las humanidades ofrece estas definiciones.

Objetividad: Carácter de lo que es objetivo. Calidad de objetivo. Propiedad fundamental de la existencia de los procesos, la cual no depende de las sensaciones, ni tampoco de la conciencia, el pensamiento, las pasiones, la voluntad, la imaginación, el conocimiento o la ignorancia de los sujetos que la conocen.

Parcialidad[2]: Conjunto de varios o muchos separados del común. Prejuicio injusto a favor o en contra de personas o cosas. La imparcialidad sería por tanto, todo el conjunto que conforma al común o la carencia de ese prejuicio[3].
Se creyó que un diccionario de la lógica, una de las tres partes en que se divide la filosofía, podría dar mayores luces sobre estos dos conceptos al respecto de la historia que, ciertamente, es una humanidad y que, en nuestra universidad, constituye uno de los colegios de la Facultad de Filosofía y Letras, mas la sorpresa es grande al encontrar que: la definición para imparcialidad expuesta en este diccionario es una paráfrasis de la definición de un diccionario o enciclopedia común, mientras que la definición de objetividad, si bien ya habla de procesos, cosa sumamente valiosa en el discurso histórico, la separa por completo del ser humano, ya que anula condiciones inherentes a éste para tener ella cabida: ¿Qué haría un historiador sin sus sensaciones, su conciencia, sus pasiones, su voluntad, su imaginación y su capacidad de conocer? En otras palabras, ¿Podría alguien ser historiador sin esas condiciones?

Después de no encontrar una respuesta satisfactoria ni en los diccionarios y enciclopedias convencionales, ni en un diccionario de lógica, se tomó la decisión de pasar a los diccionarios de filosofía. Otra gran sorpresa fue el encontrar que ni el Brugger ni el Ferrater tenían las entradas de objetividad e imparcialidad, aunque pensándolo bien, quizá estos autores en su formación filosófica han desechado dichos conceptos. Sin embargo, Abbagnano y Comte-Sporville, en sus respectivos diccionarios de filosofía, aunque, por lo visto, tampoco creen en la imparcialidad, si hablan sobre la objetividad.

Abbagnano señala: “Objetividad…1) En sentido objetivo: carácter de lo que es objeto. En este sentido Hussserl habló de una «objetividad prístina que tendría el privilegio de representar la cosa misma, frente a las propiedades, relaciones, etc, de la cosa». 2) En sentido subjetivo: carácter de la consideración que intenta ver el objeto tal como es, prescindiendo de las preferencias y de los intereses del que los considera y basándose solamente en procedimientos intersubjetivos de comprobación y de control”[4].

De nueva cuenta, lógicamente no hay una objetividad en sentido objetivo así que concentrémonos en la de sentido subjetivo. Al decir Abbagnano que se debe de prescindir de las preferencias e intereses, se está cayendo en el error de confundir a la objetividad con la imparcialidad. Y una vez más, todo lo que construyamos con la mente va a depender de preferencias e intereses, de nuestra conciencia, nuestra pasión, nuestra voluntad, etc. Así pues la definición de Abbagnano, de carácter positivista, es inoperante para la historia.

Véase lo que dice André, Comte-Sponville: “Objetividad: Consiste en ver o conocer las cosas tal como son o como se muestran, con independencia, si es posible, de nuestra subjetividad, y, en cualquier caso, de lo que nuestra subjetividad puede tener de particular o parcial. En la práctica, consiste en ver las cosas tal como las puede ver cualquier observador de buena fe, cuando no está apasionado y carece de prejuicios. Es evidente que la objetividad nunca es absoluta (porque el conocimiento sólo existe para un sujeto), pero eso no autoriza a decir que sea imposible, pues entonces las ciencias y la justicia también lo serían”[5].

¡Otra vez la burra al trigo! Perdón por lo burdo de la expresión, pero Comte-Sponville también confunde la objetividad con la imparcialidad al querer ver la objetividad con independencia de nuestra particularidad o parcialidad, al querer dejar fuera las pasiones y los prejuicios. Lo único rescatable es que no la considera imposible.

Lo ideal será, cosa que se debió hacer desde el principio, ver la opinión de un historiador sobre la objetividad y la imparcialidad.

Alfredo López Austin, historiador por todos conocido en la Facultad de Filosofía y Letras (y si no es así, un sentido pésame), dijo en una de sus clases del semestre 2007-I (perdón por lo impreciso de la cita): “No confundan la objetividad con la imparcialidad. Son dos cosas distintas. El historiador siempre llega a un tema de investigación por algún prejuicio, es más, sin prejuicios no habría investigación. Pero ello no significa que estas investigaciones no se puedan hacer con rigor científico, es decir, tener una serie de premisas que se vayan confirmando o desechando a través de las fuentes en el transcurso de la investigación.” quizá se ha parafraseado a este gran hombre, pero lo que puede tener por seguro el lector, es que esta visión de objetividad e imparcialidad no estaría escrita aquí si no fuese por aquella clase.

Adam Shaft, un teórico de la historia, habla de la objetividad de la siguiente forma:
“hemos distinguido tres acepciones del adjetivo «objetivo» empleado para calificar el conocimiento. Recordemos estas tres acepciones:
1) Es «objetivo» lo que procede del objeto, o sea cuanto existe fuera e independientemente de la conciencia cognoscente; por tanto, es «objetivo» el conocimiento que refleja, en una acepción particular del término, este objeto;
2) es «objetivo» lo que es cognoscitivamente válido para todos los individuos;
3) es «objetivo» lo que está exento de afectividad y, en consecuencia, de parcialidad.”[6]

Analicemos por partes estas tres definiciones. La número uno al hablar de lo objetivo como algo independiente de la conciencia cognoscente, es decir, del sujeto que conoce. No aplica según la visión que hemos manejado a lo largo del estudio de estos términos, y el mismo Shaff lo reconoce en cierta medida: “El sujeto desempeña en el conocimiento histórico un papel activo, y la objetividad de este conocimiento siempre contiene una dosis de subjetividad. De lo contrario este conocimiento sería ahumano.”[7]. Una reflexión de María Rosa Palazón y de Fernando Betancourt al respecto se refiere al hecho de que desde el momento que, en cualquier rama del conocimiento o ciencia, utilizamos categorías del lenguaje para explicar o definir el objeto estudiado interviene la subjetividad, de tal forma que lo que sabemos de los objetos no está dado por el objeto en sí, sino por la interpretación con que, a través del lenguaje, definimos las cosas. En otras palabras, lo objetivo es imposible en el sentido de esta primera definición.

La segunda definición, nos habla de que lo objetivo es un conocimiento de carácter universal, en donde es valido para todos los sujetos cognoscentes. Esta visión se acerca un poco a la de López Austin en el sentido de que habla de una validez. En historia esa validez se obtiene a través del análisis de las fuentes y de la argumentación hecha a través de ellas. Sin embargo, yo no me atrevería a decir que es un conocimiento válido para todos los individuos o universalmente, sino que es válido para aquellos que según su propia experiencia pueden asimilar con acuerdo los argumentos del historiador.

La tercera y última acepción, trabaja de manera conjunta la objetividad y lo exento de parcialidad, es decir, la imparcialidad. La visión de Lopéz Austin es clara al respecto. No hay imparcialidad, todo mundo trabaja a partir de un prejuicio. La objetividad se logra a través de un análisis de fuentes trabajado con rigor científico (esto implica un sustento teórico y metodológico por parte del historiador) en el que se demuestren o se desechen premisas. Shaff después de un estudio detallado, llega a una conclusión similar, sobre la objetividad y la imparcialidad:
“Si la objetividad del conocimiento significara la exclusión de todas las propiedades individuales de la personalidad humana, si la imparcialidad consistiera en emitir juicios de valor renunciando al propio punto de vista y al sistema de valores aceptado, si la validez de los juicios universales consistiera en la eliminación de todas las diferencias individuales y colectivas, la objetividad sería pura y simplemente una ficción, ya que supondría que el hombre es un ser sobrehumano o ahumano.”[8]

Conclúyase, pues, lo siguiente. La imparcialidad entendida como carencia de prejuicios en la investigación, es una ficción en la historia. No hay historia sin prejuicios[9]. Por lo que respecta a la objetividad, se puede decir que ésta no es más que una argumentación fundamentada en las fuentes del investigador que hagan de su investigación una interpretación inteligible y aceptable para quienes, en función de su propia experiencia, sean juicios válidos los emitidos por el historiador[10].

Cómo explicar los conceptos de objetividad e imparcialidad a los alumnos de educación básica

Los conceptos de objetividad e imparcialidad a pesar de ser de carácter teórico bien pueden ser explicados según mi parecer. La cuestión está en cómo hacerlo. Así lo haría yo.

Educación primaria

“Bueno niños es importante que sean consientes de lo que es la objetividad y la parcialidad. La objetividad consiste en que lo que digo tenga relación con lo que hago para que sea creíble. Por ejemplo, si Pablito y Lucho se pelean (como acostumbran) mientras yo salgo a la dirección, y cuando regreso los veo a los dos llorando y ensangrentados, voy a preguntar «¿Qué pasó?» Entonces, si ellos dicen «Nada» yo no les voy a creer porque lo que dicen no tiene relación con lo que las pruebas me muestran que hicieron.
Lo anterior, es muy común en la historia, el historiador debe decir las cosas en función de lo que las pruebas, que en historia se conocen con el nombre de fuentes de información, dicen que se hizo o sucedido alguna vez. Por ejemplo. En su libro de texto de historia dice que los olmecas son la cultura madre en el México prehispánico; pues bien, eso lo escribió el historiador [quiero creer que son escritos por historiadores] que hizo su libro de texto después de haber revisado varios textos en donde arqueólogos y otros historiadores tratan de demostrar que los olmecas fueron la primer cultura desarrollada en el México prehispánico y que algunas de las cosas que ellos desarrollaron fueron usadas también por las demás culturas prehispánicas como los toltecas, los zapotecos o los mayas.”

Por muy burda que parezca esta forma de decirlo creo que es asequible para un niño de primaria.

Después de explicar lo anterior correspondería continuar con el concepto de imparcialidad. El cual explicaría así

“Ahora hablemos de la segunda palabra que les mencioné al principio: La parcialidad. La parcialidad consiste en tomar postura al decir o hacer algo. Por ejemplo, si yo le preguntase a Jorge, que es muy amigo de Pablito, quién empezó la pelea, el me diría que fue Lucho. Por otro lado, si le preguntara lo mismo a Israel, el cuatacho de Lucho, el me diría que Pablito empezó. Así que en este caso, lo mejor que puedo hacer es preguntarle directamente a ellos y a otros de sus compañeros y después comparar sus versiones, para luego escoger la más acorde con lo que pasó según mi opinión. Algo similar hace el historiador de su libro de texto, revisa la mayor cantidad de información posible y de ahí elige según su opinión lo que más se adecua al tema que está tratando. Como sería en el caso de los olmecas que les conté hace rato.”

Según mi opinión, estas explicaciones les podrían hacer entender lo suficientemente bien lo que es la objetividad y la parcialidad, no he querido hablar de imparcialidad porque es algo que para mi no existe, según lo he aprendido a lo largo de la carrera, y creo que desde pequeños valdría la pena, según creo, hacer que los alumnos lo tomasen en cuentan.





Educación secundaria

Para los alumnos de secundaria usaría un ejemplo similar, pero usando un vocabulario no tan simple y más conforme al contexto de los muchachos. En primera, no diría ni Pablito, ni Lucho, ni cuatacho; sino sus nombres y apellidos (esto último se acostumbra mucho en secundaría) y en vez de decir cuatacho diría valedor o compa (dependiendo de la forma en que ellos se hablen entre sí). Tampoco usaría ya el término palabra para referirme al concepto, sino que usaría ya el término concepto; de la misma forma no les hablaría de opinión sino de criterio de selección. Es decir, buscaría que su vocabulario se enriqueciera un poco.

Aunado a lo anterior, con los alumnos de secundaria haría uso de la definición etimológica de los términos y explicaría la diferencia entre imparcialidad y parcialidad. A ellos les haría ver porque creo que la imparcialidad es inexistente para mí, o por lo menos, hacerles ver porque creo que es un concepto poco pertinente.

“Cómo podrán ver la imparcialidad no es aplicable, ya que los amigos de nuestros púgiles apoyarían cada quien a uno en particular según se criterio de amistad, por otro lado, mi criterio de selección sería el que prevaleciera al final y estaría en función de la selección de todas las opines que recabara sobre las causas de la pelea para decir quien empezó la misma y por lo tanto quien recibirá el mayor castigo. De igual forma el historiador de su libro de texto elige entre muchas fuentes de información aquellas que según su criterio se apegan más con respecto al acontecimiento (tendría que explicarles la diferencias entre hecho y acontecimiento) estudiado. Lo anterior, por lo tanto, nos lleva a dos conclusiones: Primero, la imparcialidad es algo que no puede suceder, siempre se toma partido ante una situación, lo cual no implica que se le reste validez a dicha toma de partido (mis criterios de selección estarían fundamentados en las opiniones recabadas acerca de la pelea y el historiador en las informaciones de sus fuentes); y segundo, nada de madrazos en mi clase porque con mis criterios de selección me los atoro. [Esto último se puede prestar al albur pero sería una buena forma de tenerlos al pendiente de lo que estoy diciendo]”.

Conceptos de objetividad e imparcialidad para la educación media superior

Lo primero sería entender un poco del contexto de los alumnos para usar los términos adecuados para explicar los conceptos que les quiero dar (esto valdría incluso para el manejo de todas las clases). Darles la etimología de las palabras, pero habiéndoles primero pedido en la clase precedente, como tarea que influyese en su calificación (los alumnos no toman las tareas en serio sino encuentran un beneficio directo en ello, y en la mentalidad del estudiante mexicano, según mi experiencia, la calificación en una materia, más que el conocimiento logrado en la misma, es el primer beneficio que encuentran en las tareas), que buscasen los conceptos en los diccionarios de la biblioteca de la escuela (esos diccionarios los debo haber revisado yo previamente). Después presentaría un ejemplo que les permitiese ver la aplicación de esos conceptos en el conocimiento histórico, dicho ejemplo no sería muy distinto a los aplicados arriba, únicamente cambiaría el vocabulario utilizado.
Así lo explicaría yo.

“Dentro de su formación en torno a esta materia, muchachos, es necesario que tengan una noción lo mas clara posible de los conceptos de objetividad e imparcialidad. El concepto objetividad se forma a partir del latín obiectus y la terminación idad[11]. Obiectus y objeto es todo aquello susceptible de ser conocido y la terminación idad hace referencia a la calidad de objetivo, es decir, a aquello que puedo se tomado como objeto. Ahora bien, extrapolando este concepto a la historia, la objetividad consiste en llegar a un conocimiento de los hechos (lo que pasó) y procesos (seriación de hechos) históricos a través del análisis, revisión detallada y comparada, de las fuentes informativas para el historiador; seleccionando aquello que el historiador considera según su criterio lo más adecuado para explicar esos hechos o procesos. Por ejemplo, al final de cada capítulo del libro que estamos usando en la clase, ustedes ven que el autor presenta una bibliografía, pues de esos libros el seleccionó la información que consideró más adecuada para explicar los temas vistos en los capítulos correspondientes.”

Según mi punto de vista, este es un buen ejemplo para explicar la objetividad.

Siguiendo con la explicación, al hablar de la imparcialidad me expresaría así: “Por lo que respecta a la imparcialidad, tenemos que tener presente que se forma de tres partes el concepto. Im que quiere decir falta o carencia. Parcial que proviene del latín partialis, que a su vez deriva de pars, partis que significa parte, se refiere una toma de postura con respecto a algún asunto. y la terminación idad de nueva cuenta nos habla de la calidad de algo[12]. Por lo tanto, la imparcialidad sería el no tomar postura con respecto a una situación o temática. Cosa que es imposible en la historia, todo historiador desde el momento de elegir un tema de investigación lo hace desde una postura en particular, según sus prejuicios o experiencia propia, para exponer así lo que él cree más adecuado en torno a un tema”.

Sé que estas definiciones pueden causar polémica e incluso crear inconformidad tanto en los tres niveles de educación a los que las dirigí, pero eso sería lo mejor porque significaría que los alumnos están comprometiéndose con el tema, es decir, reflexionando y cuestionando los términos.

Este ensayo está abierto a todas las críticas constructivas posibles.
[1] Entradas. “Imparcialidad” y “Objetivismo” en Océano-Langenscheidt. Compact Diccionario Enciclopédico. Océano grupo editorial. S. A. España. 1999. pp. 812 y 1106. Ver también: Selecciones del Reader’s Digest. Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado. México. Reader’s Digest México, S. A. de C. V. 1972. VIII vols. Las entradas correspondientes están en los tomos 4 y 6.
[2] Este diccionario no cuenta con la entrada imparcialidad pero cuenta con el antónimo de la misma, así que podemos inferir la primera a partir del significado del segundo.
[3] Entradas “Objetividad” y “Parcialidad” en de Gortari, Eli. Diccionario de la lógica. Plaza y Valdés editores. México. 1988. pp. 350 y 371,
[4] Entrada “Objetividad” en Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía. 2a ed. Trad. Alfredo N. Galletti. México. FCE. 1974. p 865.
[5]Entrada “Objetividad” en Comte-Sponville, André. Diccionario filosófico. Trad. Jordi Terré. Barcelona. Paidos. 2005. p. 377.
[6] Shaff, Adam. Historia y verdad. Grijalbo. México. 1974. (Enlace). p 336.
[7] Ibíd. p. 337.
[8] Ibíd. p. 342.
[9] Esta noción sobre la inexistencia de imparcialidad en historia se puede ver en: Iglesia, Ramón. “La historia y sus limitaciones” en La teoría de la historia en México (1940-1973). México. SEP. (Sepsetentas 126) 1974. pp 94-120; O´Gorman, Edmundo. “Historia y Vida (1956)” en La teoría de la historia en México (1940-1973). México. SEP. (Sepsetentas 126) 1974. pp 121-151; y Gaos, José. “Notas sobre la historiografía (1960)” en La teoría de la historia en México (1940-1973). México. SEP. (Sepsetentas 126) 1974. pp 66-93.
[10] Para un acercamiento a esta noción ver Carr, Edward Hallet. ¿Qué es la historia? 2° ed. Trad. Joaquín Romero Maura. Barcelona. Editorial Ariel. 2003. 246 p. (Véanse particularmente las páginas 82-105. En donde la interpretación del historiador, influenciada por sus juicios de valor o parcialidad son las que llevan a la conformación de un discurso histórico argumentado, y es ahí donde está la objetividad)

[11] Selecciones del Reader’s Digest. Op. cit. p. 5. Tomo 6
[12] Ibíd. p. 146.

jueves, 19 de abril de 2007

Prototipo y Arquetipo

Prototipo

Palabra de raíces griegas: protos “primero” y typos “modelo”. Entendido en términos breves, es el primer ejemplar o modelo en que se fabrica una figura u otra cosa, en sentido figurativo refiere al más perfecto ejemplar y modelo de una virtud, vicio o cualidad.

Tomado para referir hechos históricos, puede aplicarse a todo lo que el hombre toma como base para crear la cultura, es decir, aquellos hechos que forman el umbral de los grandes cambios humanos.

No explica por sí mismo los procesos, los sistemas, ni las categorías, mas cumple la función de señalar los inicios, algunas veces como punto de partida de una evolución, otra veces como retorno a aquellos prístinos modelos de perfección (religioso).

Bastaría con explicar a un infante, que es una palabra que nos remite a lo primero de un algo, ya sea físico o de pensamiento.

Arquetipo

Palabra de raíz grecolatina. En latín viene de “archetipum” que a su vez deriva del griego archétypos: archein ”Ser el primero” y typos “modelo”.

Con este término se designa la idea ejemplar de las cosas que se hallan en el mundo de las realidades inteligibles.

En psicología, según C. G. Jung se trata de las huellas de imágenes ancestrales y primitivas, comunes a toda la humanidad, que forman el “inconsciente colectivo”. Éstas imágenes se repiten en todos lo tiempos y lugares, es decir, en los primeros tiempos el hombre tuvo una especie de “alma colectiva”, pero con el pasar de los años –tal vez siglos- éste fue desarrollando su capacidad de pensamiento, lo que dio lugar a rasgos diferentes entre sus semejantes, cualidades de individualidad, de persona a persona, y similitudes con los seres más próximos a él.

Al surgir rasgos distintivos entre grupos humanos, esta alma colectiva se vio eliminada de la conciencia humana, mas no su inconsciente, donde guarda sus más impetuosas fuerzas.

En lo que refiere a lo histórico, dicho término se puede utilizar para señalar lo que actualmente algunos investigadores llaman “los universales del hombre”, entendido como todos aquellos rasgos que unen a la especie humana en su camino a la evolución.

Es posible localizar ejemplos en la idea que comparten varias culturas antiguas del mundo, al concebir a la tierra como deidad primigenia de la feminidad, al dar a la muerte y a la vida calidad divina.

Podemos ver, más concretamente, en el mito de la creación Persa a los Dioses creando a los hombres, y tener un parangón en los mitos Mayas de la creación, donde los Dioses dan lugar a los hombres, Estas divinidades, persas y mayas, tan caprichosas y exigentes, son distintas las unas de las otras, tan peculiares según las culturas que les han dado origen.

En dicho ejemplo, ¿cómo podríamos establecer una línea de influencia? Sería absurdo tratar de unirlas pues las civilizaciones mencionadas no comparten ni tiempo ni espacio.


En términos más sencillos, asequibles para un infante o adolescente, se puede decir que el Arquetipo nos habla de aquellos rasgos comunes al ser de hombre, aún latientes a pesar de la actual individualización.

****Aún con todo, he tratado de dar las dos definiciones de la forma más clara y sencilla posible, por lo cual creo que basta con las primeras explicaciones para que cualquier estudiante de nivel primaria, secundaria o preparatoria, entiendan qué es Prototipo y Arquetipo.

Bibliografía:

Jung. Carl, Realidad del alma, Buenos Aires, 1991, Losada
López Antonio coord., Gran diccionario enciclopédico universal, Madrid, 1994. Tomos 1 y 12, Entradas: Arquetipo, Prototipo (Añiazme Biplano)
Xirau, Ramón, Introducción a la Historia de la Filosofía, México, 2000, UNAM pp. 24-75


Web:

http://es.wikipedia.org/wiki/Arquetipo

http://www.filosofia.org/enc/eha/e020675.htm

http://www.geocities.com/sitioculto/03_01_03-arquetipo.htm

Desarrollo histórico

De:
Desarrollar: extender lo que esta arrollado, deshacer un rollo; explicar una teoría y llevarla hasta sus últimas consecuencias; suceder, ocurrir, acontecer de un modo, en un lugar.
Histórico: Perteneciente a lo acontecido en el tiempo pasado.

El desarrollo histórico de un objeto de estudio es la manera por la cual ha llegado a ser lo que es en el momento considerado, es decir, la serie de formas sucesivas que ha presentado, consideradas en su relación con las circunstancias en que este desarrollo se ha producido.

Para Ernesto de la Torre en su libro Desarrollo histórico del constitucionalismo hispanoamericano, desarrollo histórico no es una historia completa de todo el proceso constitucional hispanoamericano, sino sólo un esbozo temporal del desarrollo del pensamiento constitucionalista. Estudia las líneas generales del constitucionalismo hispanoamericano y sus códigos fundamentales, situándolos en el contexto histórico, preferentemente socio-económico y político, en el cual se produjeron.

Considero que el concepto sí puede ser “traducido” al lenguaje de jóvenes estudiantes de nivel básico, medio superior y superior, cada uno con diferentes grados de complejidad en la explicación y el lenguaje.

Ejemplos

El desarrollo histórico de la “conquista” de México.
Explicando las distintas fases en las que los españoles fueron consolidando su poder en el territorio mesoamericano: alianzas, batallas, derrotas, estrategias, etc.
De la misma manera se puede explicar el desarrollo histórico de la idea de “conquista” a través de las distintas formas en las que se ha considerado e interpretado ese acontecimiento
- Conquista europea
- Conquista europea con ayuda de sus aliados indígenas
- Encuentro de Dos Mundos
- Desencuentro de Dos mundos
- Etc.

Bibliografía

Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. 22ª ed. Madrid: Real Academia Española, 2001. 1614 p.

Salazar Mallén, Rubén. Desarrollo histórico del pensamiento político. 3ª ed. 5 v. México: U.N.A.M., 1981.

Sociedad Francesa de Filosofía. Vocabulario técnico y crítico de la filosofía. Trad. de Quintero, Vicente y Luis Alfonso. 2ª ed. Buenos Aires: El Ateneo, 1966. 1251 p.
Torre Villar, Ernesto de la. Desarrollo histórico del constitucionalismo hispanoamericano. México: U.N.A.M., Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1976. 314 p.

Testimonio oral, escrito y crónica



Los testimonios orales y escritos, son el recurso fundamental para verificar y comprobar el bacontecer de un hecho; ya que como su nombre lo indica dan cuenta de éste.
Para que los alumnos de nivel secundaria y bachillerato comprendan lo que es un testimonio oral y escrito , es necesario que desde la primaria se les haya familiarizado con estos términos, lo cual es así, en los libros de español a nivel primaria, las últimas lecciones se dedican a introducir al alumno en lo que es una investigación, lo cual es buen punto de partida e introducción; así mismo partiendo de este hecho, se les explicaría de manera mas detallada que el testimonio ya sea oral o escrito es un recurso que en una investigación funciona como prueba, justificación y comprobación de algo, como lo indica una definición.
En el caso de los testimonios orales, generalmente, son lo que una persona dice de un hecho y que queda registrado solo en la memoria y es transmitido de persona a persona, en algun momento puede llegar a estar de manera escrita en algun soporte de la escritura, el mas común es el papel; los testimonios escritos son la otra forma en la que se encuentran los testimonios, no necesariamente eran orales que pasaron a ser escritos, sino que desde un principio la finalidad de estos era quedar fijados y transmitidos en papel.
Considero que ya teniendo desde la primaria una nocion de lo que son los testimonios orales y escritos, en la secundaria y en el bachillerato se debe mostrar ejemplos sencilllos acerca de estas dos formas de testimonio.
Así como tambien deben, de la misma manera utilizar estos recursos, por ejemplo en la secundaria, al hacer una investigacion de nuestra historia local, del lugar donde vivimos; en el caso del bachillerato, se puede hacer lo mismo tomando algun tema de interes que sea de algun aspecto de la vida cotidiana y que no necesariamente este en el entorno local.
La crónica por definicion es una recopilacion de hechos historicos en orden cronologico, la cual al ser considerada por lo tanto, una obra histórica que nos refiere los sucesos o hechos que acaecen en un determinado lugar siguiendo el orden en el que estos se dieron.
Debido a que tanto a nivel secundaria como bachillerato no se les forma principalmente para ser historiadores, considero que basta con mencionarles esta definicion y agregar quiza en el bachillerato la informacion de las diversas formas en las que se presentan las crónicas, tomando como punto de partida la informacion del origen y de las primeras cronicas.
Explicarles que son una especie de historias, generales o particulares que narran hechos de manera cronologica, que la diferencia entre la cronica y otros tipos de historia es que la cronica tiene concesiones y no tiene critica, solo narra hechos; que en su origen y sobre todo en su desarrollo se escribieron gran numero de estas historias, las cuales deseaban aparecer con el aparato de una Historia Universal, por lo que muchas de estas primeras crónicas inician desde la creacion del mundo.



Bibliografia

Gran Enciclopedia Larousse. 3a ed. Tomo 5. Barcelona, Espana: Planeta, 1973. pp.417

Enciclopedia Universal Ilustrada. Europeo Americana. Tomo XVI- LXI. Madrid, Espana: Espasa-Calpe, 1913. P. 1501. il.


miércoles, 18 de abril de 2007

concepto de tiempo


Conceptos de Tiempo

Tiempo Físico.

En la mecánica clásica, el tiempo se concibe como una magnitud absoluta, es decir, es un escalar que cuya medida es idéntica para todos los observadores (una magnitud relativa es aquella cuyo valor depende del observador concreto). Eso está de acuerdo con la concepción filosófica de Kant, que establece el espacio y el tiempo como necesarios por cualquiera experiencia humana.

Sin embargo, en la mecánica relativista el tiempo depende del sistema de referencia donde esté situado el observador y de su estado de movimiento. De acuerdo con la teoría de la relatividad, para observadores situados en diferentes marcos de referencia, dos sucesos A y B pueden ocurrir simultáneamente, o A puede ocurrir "antes" que B para un primer observador, o B puede ocurrir "antes" de A para el otro observador. Sólo si dos sucesos están atados causalmente todos los observadores ven el suceso "causal" antes que el suceso "efecto". También la duración de un proceso depende del sistema de referencia donde se encuentre el observador. La Teoría de la Relatividad considera el tiempo como una dimensión más del espacio y se basa en el concepto de espacio-tiempo.

En mecánica cuántica debe distinguirse entre la mecánica cuántica convencional, en la que puede trabajarse bajo el supuesto de un tiempo absoluto, y la mecánica cuántica relativista, para la cual, al igual que sucede en la teoría de la relatividad, el supuesto de un tiempo absoluto es inaceptable.

Tiempo Cronológico.

La cronología (histórica, geológica, etc.) permite datar los momentos en los que ocurren determinados hechos (lapsos relativamente breves) o los procesos (lapsos de duración mayor). En una línea de tiempo se puede representar gráficamente los momentos históricos en puntos y los procesos en segmentos.


Reloj de sol, de bolsillo. Las formas e instrumentos para medir el tiempo son de uso muy antiguo y todas ellas se basan en la medición del movimiento, del cambio material de un objeto a través del tiempo, que es lo que puede medirse. En un principio se comenzaron a medir los movimientos de los astros, básicamente el movimiento aparente del Sol, dando lugar al tiempo solar aparente. El desarrollo de la astronomía hizo que, de manera paulatina, se fueran creando diversos instrumentos, tales como los relojes de sol, las clepsidras o los relojes de arena. Posteriormente, la determinación de la medida del tiempo se fue perfeccionando hasta llegar al reloj atómico

Tiempo Histórico

El tiempo histórico es un concepto que en se utiliza de distintas formas, entre otras causas, por las diferentes concepciones de quién es el protagonista de la Historia

Para la interpretación providencialista, el tiempo histórico es un paréntesis en la eternidad, origen y destino del hombre.

Si el hombre es el verdadero protagonista de la historia, la escala temporal de la vida humana pasa a ser la decisiva, pero puede ser superada por la duración de las instituciones, que la superan.

Desde una concepción influida por el estructuralismo y el materialismo histórico, la escuela de los Annales y en especial Fernand Braudel construyeron una compleja articulación del concepto de tiempo histórico en su metodología de investigación y planteamiento de las conclusiones. Se considera un ejemplo clásico La Méditerranée et le Monde Méditerranéen a l'époque de Philippe II (El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la época de Felipe II). Habría tres niveles de tiempo histórico:

La larga duración (o nivel de las estructuras cuya estabilidad es muy grande),
La coyuntura (estadio intermedio, en que el cambio es perceptible), y
El acontecimiento (considerado como la espuma de la historia, lo más visible pero lo menos significativo, y que habría sido el enfoque temporal más habitual).

Explicación a alumnos de nivel primaria.

El concepto tiempo para este nivel, a mi parecer solo se les podría explicar que la medición del tiempo es algo hecho por el propio hombre, por lo cual diferentes culturas tienen un sin numero de formas de medir su tiempo, decirles también que en occidente la forma de medir el tiempo, es de años, lustros, décadas, siglos y milenios, así como el concepto de a.c. y d.c., no me metería en este nivel a un en la concepción tanto del tiempo histórico así como del físico ya que los alumnos no tendría a un la capacidad para asimilar estos conceptos más abstractos.

Explicación a alumnos de nivel secundaria.

Además de seguir con el concepto de tiempo cronológico, también en pesaríamos a hablarles de tiempo físico, ya que a este nivel sus propias clases de física les ayudarían para la asimilación de estos conceptos, por otra parte seria también importante el introducirlos a la concepción del tiempo histórico, y que este no tiene nada que ver con el tiempo ni físico ni cronológico, ya que a pesar de que para la historia es de vital importancia situarse en el tiempo cronológico, este no lleva el mismo ritmo que el tiempo histórico.

Explicación a nivel medí superior.

En este caso se les tendría que hablar aun más del tiempo histórico con la concepción de Braudel, en los conceptos de larga duración de coyuntura y del acontecimiento, para que les quede claro el tiempo histórico.

Bibliografía:


Braudel, Fernand, Escritos sobre historia; tr. de Angelina Martin del Campo
México: Fondo de Cultura Económica, 1991,265 p.p.

Corres Ayala, Patricia, Espacios y tiempos múltiples, México, Fontamara, 2006, 256 p.p.

DEVENIR- CAMBIO Y SECUENCIA

Devenir: Para poder definir este concepto es conveniente decir primero que la historia es el estudio del hombre en el tiempo y espacio, estudia una serie de acontecimientos, de acciones que le van sucediendo; por lo tanto se puede decir que estudia el devenir del hombre, que es entendida como la sucesión de acontecimientos, es un proceso continuo que no se detiene, significa el proceso del ser o el ser como proceso, entonces es lo que el hombre en tiempo y en espacio ha sido, es y sigue siendo.

De esta manera, todos estos acontecimientos que le han sucedido es la realidad histórica, entendida como un proceso de cambios, esto es claro porque sabemos que el hombre en todo su devenir nunca ha sido igual, se modifica, cambia y esto es propio del mismo devenir. Algo importante en la historia, es que el devenir no es igual, ni lineal, mucho menos que sea un proceso que se encamine al progreso, como si lo pensaban los idealistas del siglo XIX. Este acontecer del hombre, de lo que fue, de lo que es y sigue siendo va acompañado del cambio que se origina por las esferas de la realidad que se van combinando y que crean nuevos escenarios par que el hombre actué en su creación del ser.

Cambio: Como devenir es una serie de acontecimientos que le suceden al hombre, podemos decir que este va acompañado del cambio histórico, es decir, de las modificaciones de sus acciones, de los acontecimientos o estructuras de la realidad en el tiempo y espacio, el cual surge de la combinación de las diferentes esferas de la realidad como son políticas, económicas, sociales, culturas y muchas más, que en su interrelación originan la realidad en la cual el hombre se mueve, se crea, su contexto histórico.

En el devenir hay un proceso continuo de cambios que son elaborados por el hombre, responde éste a la interrelación de las esferas de la realidad, por esto se puede hablar de etapas históricas que tienen su peculiaridades bien definidas, ninguna se parece, el acontecer del hombre nunca es lo mismo, al contrario tiene modificaciones y como ya dije no se encamina forzosamente al progreso, también hay estancamientos o retrocesos, mejor dicho, estas modificaciones no se manifiestas de igual manera en las diferentes etapas históricas, sino cada una va respondiendo al cambio dependiendo su realidad social, con esto no se quiere decir que estas no tengan ningún tipo de relación y que actúan cada una por su parte, en tal caso el cambio o las modificaciones no se crean de la nada, por el contrario responde a lo que ha sido el hombre, por lo tanto el hombre va siendo, va cambiando o modificándose dependiendo de lo que ha sido, se crea y nutre del pasado.

Secuencia: Definidos los conceptos de devenir y cambio podemos pasar al siguiente término. La secuencia es un aspecto del cambio histórico, es al ordenamiento de los hechos históricos, tomando en cuenta y comprendiendo el contexto histórico. Algo importante es que debemos tener presente es que esta sucesión ordenada de hechos se va complementado con su pasado, con la época histórica que le ha antecedido, pero no debemos caer en el error de estar comparando épocas como si se entendiera que esta serie de hechos se suceden al progreso, al perfeccionamiento, no lo que debemos tener en cuenta que este ordenamiento se va a hacer solo comprendiendo que las etapas históricas no son iguales si se suceden para el progreso, solo responden a la realidad histórica en que viven.

Estos tres conceptos los considero muy importantes para que el alumno comprenda que es la historia y su importancia (como acontecimiento y como ciencia), que no se quede solo como un conocimiento más. Además pienso que se pueden llevar aun lenguaje propio para los alumnos de diferentes edades, como son niños de primaria secundaria y preparatoria, porque no es un término muy abstracto y se puede complementar más esta explicación por medio de ejercicios y ejemplos.

En el caso de los niños de primaria estos tres se pueden explicar de una manera mas sencilla, para que puedan tener ,ya que por su edad no pueden entender con profundidad lo que es la historia y su importancia, al menos una noción de lo que significa. Podríamos comenzar explicándoles de una manera fácil, que la historia estudia todo lo que ha hecho el hombre desde su existir hasta el presente en que ellos viven, y esto significa el devenir histórico. Además en todo este tiempo el hombre nunca ha sido el mismo, ha cambiado, se ha modificado porque ha respondido dependiendo a lo que le ha pasado. Que estos cambios continuos se van organizando en diferentes épocas históricas, tomando en cuentas sus características, la modificación del ser y ha esto se le llama secuencia histórica.

En el caso de los alumnos de primaria, teniendo en cuenta su edad y su poca experiencia del conocimiento de la historia, podemos hacer que comprenda estos términos dejando un ejercicio de reflexión sobre sus propias experiencias, de su existir, esto porque considero que lo puede comprender mejor las cosas, porque tienen relación directa con el hecho, que haga un similitud entre la historia universal y su historia individual. Dejarle que investigue su historia y acontecimientos importantes que le hayan ocurrido, esto desde el momento de su nacimiento hasta su presente, como cuando empezó a caminar, a hablar a ir a la escuela etc. su fuente de investigación que sean sus papas, con esto podemos explicarles que así como a ellos les han pasado muchas cosas desde que nacieron y que han influido en su vida, así es como el devenir histórico actúa. Por medio de fotos de ellos, que distingan las diferentes etapas de desarrollo por las que han pasado. Como son de recién nacidos, de una años, de dos y así sucesivamente, y así observen que como ellos han cambiado físicamente, el devenir histórico, esta lleno de cambios. Por último para que comprendan la secuencia histórica, que estas mismas fotos las dividan en etapas de su vida y que vean que son la misma persona pero con diferentes características en cada una de ellas, además que cada etapa se va complementando más, y es igual en el devenir del hombre ha pasado por varias etapas de “edad” como ellos. Esto es un ejemplo que considero útil para que los alumnos de esta edad tengan una noción mas tangible de lo que es la historia, y elementos de esta como son los tras conceptos que definimos.

En el caso del nivel secundaria, estos tres conceptos si los podemos explicar de acuerdo a su edad y también poniendo un ejemplo o ejercicio para que lo comprendan mejor. Como ellos tienen ya más edad y un poco de mas experiencia en el conocimiento histórico y de no ser así cuando se les explique lo pueden entender a un nivel más profundo. El ejercicio de similitud de la historia social e individual al que me referí para el caso de la primaria también pienso que se puede aplicar para este nivel y con una grado más de reflexión, pero considero que en esta edad ya se puede comenzar a explicarlos haciendo ejercicios basados en lo que se les esta enseñando.

El hilo conductor de mi ejemplo seria la historia de México, podríamos comenzar explicando que el devenir histórico comienza con los primeros pobladores de América que llegaron de Asía, pasando por las sociedades de la época preclásica, de la época clásica y de la posclásica, el descubrimiento de América, la conquista, la colonia y así consecutivamente, esto puede ser por medio de una línea del tiempo, y así puedan observar más concretamente que es esto del devenir, la sucesión de acontecimientos en el tiempo y espació. Además que en esta serie de hechos han habido cambios que ha sufrido el hombre y que son consecuencia de la realidad en la que viven; un ejemplo que les pondría a pesar de que es muy sencillo es que, en el aspecto religioso, los hombres no siempre han creído en el dios cristiano, antes creían en varios dioses, su religión era politeísta, después con lo nuevos acontecimientos que se le presentaban, mejor dicho con la interacción que comenzaban a experimentar con el mundo occidental y el cristianismo, la religión que practicaban se abandono y se adopto el catolicismo, pero claro fue un sincretismo, porque como dije los cambios se van creando del pasado, y es así como sucede en el devenir y el cambio histórico. Por último la secuencia histórica se la podemos explicar dejándoles un ejercicio con imágenes históricas, y así ordenen estas dependiendo la época. Un ejemplo seria por imágenes de personajes, y así se darán cuenta que así opera la secuencia histórica, como una organización de los acontecimientos tomando en cuenta su contexto. Este es una forma de explicarlo, no solo una explicación teórica sino una más practica.

En el caso de los alumnos de preparatoria me parece que es más fácil de explicarlo porque tienen una nivel más alto de conocimiento histórico y ya pueden relacionar más fácilmente, el significado de los conceptos con hechos históricos concretos. Ya puede entender mejor cuando le explicamos que el devenir es todo lo ha acontecido en el hombre desde su existencia hasta su presente en tiempo y espacio, ese proceso continuo del en donde ha sido, es y sigue siendo. Además que este proceso de irse haciendo implica cambios y modificaciones, que el ser del hombre nunca va a estar igual y esto depende de todos los factores que lo rodean como políticos, económicos, sociales y culturales. Que este aspecto del cambio hace que al devenir lo concibamos como secuencias de hechos históricos, que los organizamos en periodos, organizamos su actuación dependiendo sus características, pero que cada una de ellas se va nutriendo.

Para que les quede más claro les podemos dejar un ejercicio en donde ellos mismos analicen el devenir, el cambio y la secuencia histórica, que ellos mismo participen en la elaboración de estos conceptos por medio de ejemplo. Que realicen una línea cronológica tomando nueva mente como hilo conductor a la historia de México, que plasmen en ella los principales acontecimientos de este devenir, que las dividan por etapas y que identifiquen primordialmente que cambios ve en estas que hacen que las engloben en ciertas etapas, así se darán cuenta de lo que significa hablarles de devenir, de los cambios que hay en el, y que se puede ordenar estos hechos por etapas históricas

Estos son los ejemplo que yo a lo mejor aplicaría para enseñarles el significado de devenir, cambio y secuencia, porque me parecen sencillos pero muy significativos y prácticos.


BIBLIOGRAFÍA:

Diccionario de filosofía, J. Ferrater Mora
La enciclopedia, Salvat, 2004
Diccionario Enciclopédico Quillet, México, Editorial Cumbres, 1979.

MODOS DE PRODUCCIÓN Y FORMACIÓN SOCIAL


CONCEPTO, MODO DE PRODUCCIÓN Y FORMACIÓN SOCIAL


Los conceptos teóricos modo de producción y formación económico-social son concepciones del materialismo histórico, formuladas gracias a sus máximos exponentes Marx y Engels. Muchos pensadores han estudiado y explicado estas definiciones, en algunos casos contribuyendo a la formación de nuevo conocimiento y ampliando las concepciones de modo de producción y formación económico-social.

El modo de producción y la formación económico-social han sido estudiadas y explicadas por una serie de autores que escriben en diferentes épocas y por lo tanto tienen ideas de la realidad distintas, algunos plantean que los conceptos modo de producción y formación social están determinados por leyes que rigen su desarrollo y progreso, otros autores plantean que el análisis histórico de estos conceptos solo puede poner en claro leyes tendénciales y plantean una rehabilitación y reevaluación de los conceptos.

El concepto de modo de producción es una de las categorías fundamentales del materialismo histórico ya que plantea que la base del orden social es la obtención de los bienes materiales para satisfacer las necesidades de los hombres y esta vinculado con la formación social, porque el modo de producción es la base de la sociedad esto lo plantean varios de los autores que consulte. “Modo de obtención de los bienes materiales necesarios a los hombres, el cual se caracteriza por la existencia de relaciones humanas históricamente determinadas. El modo de producción rige el modelo de la vida de los individuos.” [1]


“modo de obtener los bienes materiales necesarios al hombre , para el consumo productivo y personal. El modo de producción constituye la unidad de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, el cambio en los modos de producción origina cambios del régimen social.”[2]

En distintas etapas de la historia los modos de producción van cambiando según las condiciones de cada época, es en este sentido donde según algunos autores confluyen los dos conceptos modo de producción y formación social. Se plantea que es en este punto donde se pueden formular leyes del proceso histórico ya que los modos de producción en cada etapa se sucederán de forma determinante a través de una revolución : el régimen comunal primitivo, régimen esclavista, régimen feudal, régimen capitalista y régimen socialista hasta llegar al comunista, hay que entender que los autores que plantean esta definición casi todos escriben desde la U.R.S.S. en donde se creía que estos procesos ya habían ocurrido y es por esta razón que creen en las leyes determinantes del proceso histórico.

“La ley de la obligada correspondencia de las relaciones de producción con el carácter de las fuerzas productivas sirve de fundamento a los cambios de unas formaciones económico-sociales por otras y determina la sustitución de las relaciones de producción ya caducas por otras nuevas que sientan las bases económicas para el florecimiento de las nuevas y progresivas formaciones económico-sociales.”[3]

Para algunos autores como ( Gluckmann, Labica, Texier, Luporini y Sereni) las concepciones anteriores deben de ser revaluadas y rehabilitadas, acabar con la idea de las leyes determinantes del proceso histórico que rigen los modos de producción y la formación económico-social

Para Gluckmann el modo de producción y la formación social son dos concepciones diferentes que se complementan, son categorías teóricas del materialismo histórico, para el cada formación social corresponde a un modo de producción determinado y en las formaciones sociales puede haber distintos modos de producción. También plantea que las formaciones sociales tienen leyes pero no determinantes, el análisis histórico de una sociedad solo puede llevar a formular leyes tendénciales que corresponden a procesos históricos.

Para Sereni, formación económico-social es un proceso de una realidad dinámica de la historia, y el modo de producción son los diferentes grados de desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de propiedad que caracterizan las diferentes épocas. Sereni plantea que hay que concebir a la historia económicamente.

Para Texier, el concepto de formación económica de la sociedad no se identifica con el modo de producción porque en una formación económica coexisten distintos modos de producción.

Todos estos autores están en contra de una ideología marxista mecanicista que consiste en presentar a la historia como una forma de sucesión de modos de producción, plantean que la formación social de acuerdo con sus necesidades da la pauta para un nuevo modo de producción.

Considero que el concepto de modo de producción y formación social es muy importante en el estudio de la historia desde una perspectiva económica, social y política. El modo de producción es el régimen económico que rige a una sociedad un ejemplo, el capitalismo: el proletariado vende su mano de obra al burgués para poder sobrevivir y el burgués tiene los medios de producción que producirán los bienes que se transformaran en la plusvalía o ganancia. La formación social es la sociedad que regirá su vida en base al modo de producción. Me queda claro que en las formaciones sociales pueden existir distintos tipos de modos de producción.

El concepto para la secundaria o preparatoria creo que se podría dar en base a un ejemplo, que los remitiera a su vida cotidiana en caso de dar clases en una escuela pública obviamente la mayoría de los padres de mis alumnos serian hijos de obreros en este caso proletariados mis alumnos se darían perfectamente cuenta de la explotación que viven sus padres en las fabricas a manos del modo de producción capitalista y del burgués dueño de los medios de producción. Les explicaría a mis alumnos que el modo de producción capitalista compra la mano de obra de sus padres que son los proletariados que no tienen medios de producción, los obreros venden su trabajo al dueño de la fabrica que es el burgués para producir productos que generaran ganancias para mantener el sistema. Así se darán cuenta de que la formación social es el medio social donde se desenvuelve el modo de producción y determina su vida, de hay que la distribución de la riqueza sea desigual y el burgués dueño de los medios de producción tenga una riqueza extrema y los proletarios solo tengan lo necesario para subsistir.









BIBLIOGRAFIA

Bottomore, Tom, Diccionario del pensamiento marxista, trad. Víctor Basterrica, Madrid, Editorial Tecnos, 1984, pp. 330, 544-546
Sereni Emilio y Cesare Luporini, El concepto de formación económico social, trad. José Arico, México, Siglo XXI editores, 1982, 248 pp., ( Cuadernos de pasado y presente 39).
De la peña, Sergio, El modo de producción Capitalista, México, Siglo XXI editores, 1983, 246 pp. ( sociología y política).
[1]I. Blauberg, Diccionario Marxista de filosofía, trad. Alejo Méndez García, México, Ediciones de cultura popular, 1975, p.211.
[2] Santiago Zorrilla, Diccionario de economía, México, Limusa Noriega Editores, 1994, p.154.
[3] Konstantinov, Enciclopedia de filosofía, Trad. Wenceslao Roces y Adolfo Sánchez Vázquez, México, Editorial Grijalbo, 1956, p.65.